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2 • Limpie las juntas del
recipiente para polvo
Retire el recipiente para polvo (fig.11).
Limpie las juntas del recipiente para polvo
con un paño (fig.14).
Vuelva a colocar el recipiente para polvo
(fig.15).
3 • Lave el filtro de espuma negro (19)
Pulse el botón de apertura de la tapadera
(fig.16). Desplace la tapadera hacia atrás
(fig.17).
Retire el filtro de espuma negro (fig.18),
lávelo y escúrralo (fig.19). Déjelo secar al
menos 12 horas antes de volver a colocarlo.
Vuelva a colocar el filtro de espuma negro y
cierre la tapadera.
3 • Almacenamiento y
transporte del aparato
Después de utilizar el aparato, apáguelo
pulsando el pedal de encendido/apagado y
desenchúfelo (fig.7). Guarde el cable
presionando el pedal enrollador (fig.8).
Gracias a su asa (10), desplace fácilmente su
aspiradora. No trasporte el aparato
agarrándolo por el asa del recipiente para
polvo (fig.9).
Cuando vaya a guardar la aspiradora,
coloque el tubo en su compartimento situado
en la parte trasera del aparato (fig.10).
IMPORTANTE Apague y desconecte
siempre la aspiradora antes de proceder
a su mantenimiento o a su limpieza.
Compruebe y limpie regularmente la
aspiradora en conjunto y los diferentes
filtros.
LIMPIEZA Y MANTENIMIENTO
IMPORTANTE Lave el filtro de
espuma negro cada 6 meses o cuando la
aspiración ya no sea satisfactoria.
1 • Vacíe el recipiente para
polvo (5)
Después de cada uso, vacíe el recipiente para
polvo del siguiente modo:
Agarre el recipiente para polvo por el asa y
tire de él (fig.11).
Presione el botón de apertura del recipiente
para polvo (fig.12) y a continuación vacíelo
(fig.13).
Limpie los bordes del recipiente para polvo
con un paño (fig.14).
Vuelva a colocar del depósito para polvo en
su sitio (fig.15).
ATENCIÓN No exceda nunca el nivel
máx. señalado en el depósito para el polvo.
ATENCIÓN No ponga nunca en
marcha la aspiradora sin sistema de
filtración (espuma, microfiltro y filtro).
ES
ATENCIÓN
Deje que el filtro de
espuma negro se seque completamente y
procure que esté bien seco antes de
volver a colocarlo en el aparato.
El aire que respiramos contiene partículas que
pueden ser alérgenas: las larvas y deyecciones de
ácaros, los mohos, el polen, los humos y los residuos
animales (pelos, piel, saliva, orina). Las partículas
más finas penetran profundamente en el aparato
respiratorio en el que pueden provocar una
inflamación y alterar la función respiratoria en
conjunto.
Los filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air Filter,
es decir, filtros de Alta Eficacia para las Partículas
Aéreas) permiten retener las partículas más finas.
Gracias al filtro HEPA, el aire expulsado a la
habitación es más sano que el aire aspirado.